Este domingo era una jornada libre y hemos aprovechado para hablar un poco de Parmenia. Para los aficionados a la bicicleta, este nombre evoca un puerto de montaña del Vercors (Macizo de los Prealpes, cerca de Grenoble, Francia) que culmina a 571 metros. La vuelta ciclista a Francia ha pasado por allí dos veces…
Si todavía tenemos buen ánimo para subir unos centenares de metros después del puerto, llegamos a un lugar que no deja indiferente al paseante.
Es lo que hizo el Hermano Leo Burkhard (nacido en Colorado, U.S.A.) la primavera de 1957. En lo alto de la colina, descubrió las ruinas de una capillita rústica y los muros destrozados de un viejo priorato. A partir de aquel momento, consagró gran parte de su vida a restaurar ese lugar con la ayuda de muchos Amigos de Parmenia.
Sabemos que nuestro Fundador, después de haber sufrido muchas adversidades y decepciones en París, encontró en Parmenia la paz y la tranquilidad. Se halló en aquel lugar con Sor Luisa que le habría dicho estas palabras para ponerlo de nuevo frente a sus responsabilidades: "Si no es la voluntad de Dios, la obra perecerá por sí misma. Si es la voluntad de Dios, no hay que abandonar a la familia de la que Dios le ha hecho el Padre. El trabajo es su lote; hay que perseverar en él hasta el final de sus días".
Durante la primavera de 1714, el Fundador recibió una carta de parte de los Hermanos que le llamaban desde París, a fin de retomar la dirección general del Instituto que Dios le había llamado a fundar: "Le rogamos muy humildemente y le ordenamos… que tome inmediatamente cuidado del gobierno general de nuestra Sociedad…".
El año 2014 conmemora el 300º aniversario de este episodio importante para nuestro Instituto. Es pues muy normal, que la Comisión Preparatoria haya querido que el 45º Capítulo General se apropie de este acontecimiento.
El Comité de Liturgia ha cuidado este aspecto reproduciendo aquí, en la Casa Generalicia, algunos símbolos de Parmenia: la cruz, el altar, la carta de 1714. Un gran telón representando la fachada de la capilla de Parmenia aparece a la entrada del Santuario. A esto se añade la publicación del libro: “Cita en la Colina” del que ya hemos hablado.
Parmenia se ha convertido en una prioridad de la Fundación de La Salle (Francia) en 1978. Hoy, una comunidad de Hermanos franceses anima el Centro de Parmenia que, enteramente restaurado, es un lugar de acogida y de renovación para diferentes grupos de jóvenes y de adultos.
(Lassale.org)